Orgánico y agroecológico; parecidos pero distintos.

En los últimos años viene creciendo fuerte el delivery de bolsones de verduras y frutas agroecológicas u orgánicas. Esta movida hacia una alimentación sana y sostenible viene tomando mayor dimensión a escala mundial. Pero no todos los consumidores distinguen las diferencias entre uno y otro tipo de producción. Más allá de que ambas persiguen el mismo fin, una agricultura sustentable que aporte alimentos sanos, técnicamente no son lo mismo. Por eso el costo a pagar por una o por otra también es diferente.

¿Por qué son diferentes si ambas pregonan producir sin utilizar transgénicos ni agroquímicos? La gran diferencia es que la producción “orgánica” cuenta con procesos de certificación, nacionales e internacionales, que garantizan el origen y la trazabilidad del producto que llega a manos del consumidor. Desde que se sancionó una ley específica a mediados de los años 90, el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) actúa habilitando a una serie de empresas certificadoras que son las que se ocupan de verificar el cumplimiento de la norma de producción orgánica que corresponda, según el mercado de destino de dicho producto.

La producción “agroecológica”, en cambio, no cuenta con procesos de certificación oficializados, aunque también recorre procesos productivos amigables con el ambiente y la salud de las personas, e incorpora un enfoque que considera al objeto social por sobre el negocio agropecuario, basándose en la Economía Social, el asociativismo y el trabajo cooperativo. Básicamente aquí el consumidor debe elegir confiar en quien la vende dicho alimento, porque no hay otra manera de dar certezas.

Como sea, ambas técnicas productivas surgen para dar respuesta a nichos de mercado que demandan, cada vez más productos con cualidades diferenciadas, y que provengan de productores que hacen frente a la degradación de los recursos naturales y a la intensificación del cambio climático que presiona sobre el suelo, el agua y los bosques. Las diferencias están en el certificado. Un productor orgánico recibe auditorías semestrales, y obtiene un producto orgánico siempre y cuando tenga un certificado transaccional. Se suele decir que la certificación es cara, pero en realidad lo caro es todo el proceso, lo que termina recayendo en el precio final que paga el consumidor en la góndola de la dietética o el supermercado.

Ahora ya sabés cual es la diferencia entre estos dos tipos de producción. ¡El conocimiento es poder! En este caso a través del conocimiento adquirimos una herramienta para elegir bien nuestros alimentos y mejorar nuestra calidad de vida.

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